Las Comunidades Energéticas, una oportunidad para hacer frente a la Pobreza Energética

Las Comunidades Energéticas, una oportunidad para hacer frente a la Pobreza Energética'

La Pobreza Energética se define como la situación que sufren los hogares que se ven obligados a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar las facturas energéticas de sus viviendas, o que no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Más de 3 millones de hogares en España se encuentran en situación de Pobreza Energética (MITECO diciembre 2020). Esta situación provoca, entre otros, problemas de salud, especialmente en personas
ancianas e infancia, al no poder mantener su vivienda a un temperatura adecuada.

Este problema afecta también directamente a su economía doméstica, al tener que destinar una cantidad elevada de sus ingresos al pago de las facturas de energía teniendo que detraerlo de otras necesidades como pueden ser la alimentación, y también a la educación infantil, ya que en ocasiones los hogares no reúnen condiciones para el estudio, como puede ser una iluminación o temperatura adecuada. Esta situación se debe principalmente a la combinación 4 causas: Bajos ingresos, elevado precio de los suministros energéticos domésticos, ineficiencia energética en las viviendas y la falta de cultura energética.
Este problema relaciona directamente aspectos sociales, como son la pobreza y la exclusión social, con problemas ambientales y de política energética, como es el precio de la energía doméstica, la eficiencia energética en el parque de viviendas residenciales, o el acceso a energía menos contaminante de forma asequible. La transición energética debe tener en cuenta esta situación y contribuir a que estas familias pueda cubrir sus necesidades energéticas de forma asequible, y aquí es donde el autoconsumo, unido a la eficiencia energética, debe tener un papel fundamental.

En abril de 2019, se publicó el Real Decreto 244/2019 en el que se regulaban las diferentes modalidades de autoconsumo mediante energía fotovoltaica.
Dentro de este nuevo Real Decreto, se incluyen nuevas formas de autoconsumo colectivo que no podían realizarse previamente, y que permite disponer de una planta fotovoltaica en el tejado de un edificio, y que los vecinos y vecinas cuyas viviendas se ubiquen a menos de 500 metros 1 , puedan participar autoconsumiendo energía sin la necesidad de realizar ninguna obra en sus viviendas. Esta nueva modalidad de autoconsumo comunitario es un elemento clave para fomentar la energía
solar en espacios urbanos, donde la multivivienda vertical es la tipología de vivienda predominante, y donde tener un tejado propio no es lo habitual. Una oportunidad para las comunidades de propietarios, pero que también sigue dejando fuera a un importante porcentaje de la población, ya sea porque la vivienda que habita no es de su propiedad, o porque no tiene la capacidad de invertir en participar en una instalación colectiva, por muy alta que sea la rentabilidad.

Esto puede llevar a que las personas que más necesitan una energía barata, sean las que finalmente se queden fuera de esta transición energética. Existe una analogía con lo que sucede con la eficiencia energética en la construcción, donde las viviendas más eficientes, son las más nuevas, y donde viven personas con capacidad económica más alta, y las personas con pocos recursos solo puede acceder a viviendas deterioradas, antiguas e ineficientes, o lo que sucede con los electrodomésticos, que los de mayor eficiencia son también los más caros, haciendo igualmente que las personas con menos recursos solo puedan acceder a electrodomésticos de baja clasificación energética, agravando su situación al hacer que tanto su vivienda como sus electrodomésticos encarezcan sus facturas de
suministro energético.
Para evitarlo es fundamental que los que más lo necesitan, formen parte de esta transición energética, y cumplir así con la premisa de los ODS de no dejar a nadie atrás.

El autoconsumo como herramienta contra la Pobreza Energética

Las personas en Pobreza Energética tienen, en muchas ocasiones, solicitan ayudas de urgencia a los Servicios Sociales municipales y a ONGs para el pago de facturas de luz y gas. El pago de estas facturas por parte de los ayuntamientos o las entidades sociales supone una medida que resuelve una urgencia, pero no un problema, el cual, probablemente, vuelva a sufrir la persona solicitante en meses posteriores. Proporcionarles energía de forma gratuita mediante una instalación de energía fotovoltaica podría ser la herramienta que ayude a reducir su dependencia y a fomentar la participación activa de estas personas en el cambio de modelo energético, reduciendo sus facturas a la vez que reducen también sus emisiones de CO2.
La utilización de plantas de autoconsumo colectivo como elemento de inclusión, sustitutivo de ayudas de urgencia para el pago de facturas de energía ya es una realidad en ciudades como New York donde la iniciativa del Estado SolarForAll proporciona energía solar a hogares vulnerables de forma gratuita.

En España también tenemos buenos ejemplos.

En Zaragoza tenemos la iniciativa Barrio Solar impulsada por Ecodes, el Ayuntamiento de Zaragoza y EDP, consistente en 2 instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo colecivo ubicadas en las cubiertas de dos pabellones municipales cedidos por el ayuntamiento, y en el que participan 200 vecinos y comercios del barrio del Actur- Rey Fernando autoconsumiendo energía solar a cambio de una cuota mensual. Entre estos 200 vecinos, el 10% (20) son familias en pobreza energética del barrio, seleccionadas por los servicios sociales municipales y que participan recibiendo energía solar de forma gratuita. Participar en este proyecto les permitirá ahorrar en torno al 30% de consumo e sus facturas. 

Además, el proyecto incluye el desarrollo de la Oficina Barrio Solar, desde la cual se realizan actividades de barrio dirigidas a fomentar la cultura energética y el autoconsumo: Parte de estas actividades van dirigidas a empoderar a los vecinos y vecinas del barrio que se encuentran en situación de vulnerabilidad, a entender sus facturas de energía, solicitar el bono social o aplicar hábitos de consumo eficiente.
Comunidades Energéticas como la de Monachil en Granada también plantean la incorporación de personas en pobreza energética a sus instalaciones de autoconsumo colectivo a cambio de una cuota de participación menor que la que pagan el resto de socios.

o el proyecto Energía Solar Per a Tothom de Ecoserveis, que plantea instalaciones municipales cuya generación sea exclusivamente destinada a proporcionar energía solar gratuita a familias vulnerables.
También tenemos ejemplos en la Comunidad Valenciana, como la Comunidad Energética de Alzira, que destirá parte de la generación de sus instalaciones fotovoltaicas a familias en pobreza energética, o Torreblanca Ilumina, ubicada en el barrio periférico de Torreblanca en Sevilla. Barrio con un alto número de hogares en situación de vulnerabilidad. Esta Comunidad Energética y de aprendizaje está impulsada por las comunidades educativas de los colegios Príncipe de Asturias y Vélez de Guevara, el Centro Cívico Juan Antonio Gonzalez Caraballo, el Centro de Servicios Sociales Comunitarios, el grupo Local de Som Energía, el grupo de investigación ADICI de la Universidad de Sevilla y el Taller Ecosocial.
El objetivo de esta comunidad energética, es dotar de energía renovable y asequible a las familias del barrio.



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